Imagina una ciudad de apenas 30.000 habitantes, bañada por el mar, ubicada al sureste de una de las más bellas islas del Mediterráneo, con un puerto natural de más de 5 kilómetros de extensión y rodeada por el parque natural de s’Albufera d’Es Grau. No te frotes los ojos porque no es un sueño: es Mahón, la capital de Menorca. ¿Quieres saber más sobre los mejores lugares que ver en Mahón?
Magón, el menor de los hermanos de Aníbal Barca, le dio nombre a esta bella ciudad menorquina. Las diferentes civilizaciones que han pasado a lo largo de los siglos por la isla han dejado un extenso legado cultural que se proyecta en sus calles, edificios y restos arqueológicos y arquitectónicos. Veamos a continuación cuáles son los mejores lugares que ver en Mahón.
El puerto de Menorca
Con 5 km de costa que lo convierten en uno de los puertos naturales más grandes de todo el mundo, el de Mahón es el puerto de Menorca más importante por su intensa actividad de comercio, turismo y pesca. Plagado de bares y restaurantes donde comprobar a qué sabe esta isla, y terrazas donde parar a reponer fuerzas, es también donde se concentra el ocio nocturno de Mahón, la capital de Menorca. También es en este punto donde enrolarse en uno de los barcos que realizan excursiones turísticas para comprobar la belleza de la capital administrativa de la isla desde una perspectiva muy marinera.
La fortaleza de Isabel II
Situada en la península de La Mola, en la entrada norte del puerto de Mahón, esta fortaleza ejemplifica a la perfección lo que es la arquitectura militar isleña. Construida en el siglo XIX por órdenes de la reina Isabel II, consta de diez frentes divididos en dos grupos (defensa terrestre y defensa marítima), fortaleza que al no haber sido atacada nunca puede presumir de un magnífico estado de conservación. Como curiosidad, señalar que es aquí donde se encuentra el punto más oriental de toda España.
Castillo de San Felipe
Otro de los must de Menorca es esta poderosa fortificación construida en el siglo XVI para la defensa de la ciudad, y que fue demolida parcialmente por mandato de Carlos IV en 1805 para evitar que volviese a caer en manos extranjeras. Se recomienda una visita a la fabulosa e impresionante red de galerías subterráneas que recorren su estructura y que actualmente se encuentran en proceso de mejora.
El corazón de la ciudad
Mahón es sin duda una de las paradas obligatorias si vas a estar de ruta por la isla, una ciudad que conserva en sus calles, de profundo sabor mediterráneo, un conjunto de iglesias, nobles edificios y palacios que le dotan de personalidad propia.
En pleno centro, en la Plaza de la Constitución, encontramos el Ayuntamiento o Sa Sala, edificio iniciado en 1613 pero reformado después según los cánones del barroco francés, y que muestra en lo alto un reloj del siglo XVIII obsequio del primer gobernador inglés; la Iglesia de Santa María, con su órgano del siglo XIX de 4 teclados y 3.120 tubos; y el Principal de Guardia, colorido edificio típico del barroco afrancesado. A pocos metros de esta plaza consistorial merecen también una visita la Iglesia del Carmen y Iglesia de de la Concepción.
Museo de Menorca
Y para los amantes del arte y la historia, otro punto de imprescindible visita si la ruta de tu viaje te lleva hasta Mahón, la capital de Menorca. La actual sede de este museo es el antiguo convento franciscano de Jesús, que formaba parte de la Iglesia de San Francisco, situada a escasos metros de éste. De una sola nave y con gran portada románica y fachada barroca, en las salas de la planta 1 y 2 se explica la historia de la isla a través de objetos y documentos de siglos pasados. Pero es sin duda su hermoso claustro la zona que recibe los mayores elogios de locales y turistas.
Paseos por la ciudad
Un buen puñado de calles y plazas se nos antojan irresistibles para ‘pasear Mahón’, ya que en sí mismas son auténticos museos en piedra. Una de ellas es la Calle Isabel II, donde se erigen espectaculares casas señoriales construidas durante el siglo XVIII. Destacable también es la Plaza de España ya que, aunque con apenas un siglo de antigüedad, se pueden admirar en ella obras arquitectónicas como el edificio de la Pescadería (1927) o la Casa Mir. Por su parte, la cercana Plaza del Príncipe puede presumir de albergar casas decimonónicas bellísimas como la Casa Soler. También en el centro del municipio encontramos el Teatro Principal, destacable por ser uno de los teatros de ópera más antiguos de toda España.
Pero, ¿y si para terminar este recorrido volvemos al puerto y elegimos un bar donde tomarnos una tapita de queso de Mahón y lo rematamos con un trago de la rica ginebra menorquina fabricada en las destilerías de Gin Xoriguer (también visitables y añadibles a esta ruta)? Apetecible, ¿no?