Repostería tradicional de Mallorca, ¡descubre el lado más dulce de la isla!
¿Preparado para chuparte los dedos? La repostería tradicional de Mallorca te está esperando. Qué comer y dónde comerlo para endulzarse el día. Evidentemente es imposible hablar de dulces en esta isla sin acordarse instantáneamente de la ensaimada. Pero, como veremos, hay unas cuantas elaboraciones tradicionales que no podemos dejar de probar.
Ensaimada
Empezamos con la reina de la repostería tradicional de Mallorca. Para ser un autentico mallorquín, es lo primero que tienes que probar. Como todos sabemos, se trata en esencia de un bollo de hojaldre, con forma de concha de caracol, hecho con harina, huevos, levadura, azúcar y manteca de cerdo. En 2017, el Forn Sant Francesc de Inca se llevó el premio a «la mejor ensaimada del mundo». El relleno más habitual es el cabello de ángel -ojo a las de Forn de Pont (Palma), máxima puntuación del Consejo Regulador de la ensaimada-, pero destacamos además las de chocolate (Reina María Cristina, en Palma), crema tostada (Can Marroig, Sóller) o crema de almendra (C’an Tofolet, de Llucmajor). Existe incluso una variedad rellena de sobrasada y calabaza, conocida como ensaimada de tallades, que se cocina en carnaval. Además de las de «gran formato», encontramos ensaimadas individuales, también llamadas «de desayuno». Destacamos las de la Pastelería Campomar, en Peguet.
Cocas
Si la ensaimada es la reina de la repostería de Mallorca, la coca sería la princesa. Se trata de una especie de bizcocho algo más bajo y compacto y con muy diversas formas. Las hay dulces y saladas, aunque aquí nos ocupamos únicamente de las primeras. Se elaboran por toda la isla y la lista de variedades es muy extensa. La más reconocible es la coca de San Juan, que tradicionalmente se preparaba para recibir esa noche tan especial del verano pero que ahora se cocina todo el año. Muchos dicen que la elaboración más deliciosa es la coca de patata de Valldemosa (son famosas las de la pastelería Ca’n Molinas), seguida muy de cerca por la coca de albaricoque o la coca de turrón.
Quartos embetumats (cuartos embadurnados)
Se elaboran a partir de una coca de cuarto, bizcocho típico mallorquín, muy esponjoso y apto para celíacos, ya que solo lleva huevos, azúcar y fécula de patata. El cuarto se rellena con yema pastelera o confitada y se recubre (se embadurna, como bien dice su nombre) con una generosísima capa de merengue. Es un dulce elaborado sobre todo en Palma y son especialmente afamados los de la pastelería Ca’n Frasquet, de la capital.
Dulces de Semana Santa
Cuatro son las elaboraciones mallorquinas más típicas de estas fechas. Los crespells son galletas en forma de corazones, flores, peces y, sobre todo, estrellas de 6 puntas. En Manacor se cocina una variedad con forma humana a la que se denomina senyorets (señoritos). Los rubiols son pastas sin levadura en forma de media luna que incorporan zumo de naranja en la masa y están rellenas de mermelada -especialmente de albaricoque-, requesón, chocolate, cabello de ángel o crema. Tanto las panades (empanadas cilíndricas) como los cocarrois (con forma de media luna) pueden llevar masa dulce o salada, pero el relleno es siempre salado: carne, pescado o verduras.
Gató d’ametlla (gató de almendra)
Es un dulce hecho a base de huevos, azúcar y almendra que curiosamente no incluye harina en su composición. Su aspecto es similar al de la tarta de Santiago pero es bastante más esponjoso. Se combina habitualmente con helado de almendra autóctona.
Cardenal de Lloseta
El cardenal es un postre típico de la repostería tradicional de Mallorca, concretamente de Lloseta, población pegada a la Sierra de Tramuntana. La receta original se guarda con celo en un horno histórico de dicha localidad -el Forn de Baix, que es, evidentemente, el lugar ideal para degustarlo-, e incluye una base de bizcocho típico mallorquín (medritxo), merengue suizo, nata montada y licor de cereza.
Otros dulces
Además de los clásicos de la repostería de Mallorca hay otros dulces que, sin ser oriundos de la isla, se elaboran con variaciones locales propias. Es el caso, por ejemplo, de los buñuelos antiguos mallorquines, que se cocinan con patata y boniato y una masa clásica que contiene harina, mantequilla, leche, huevos y levadura. También se hacen en Mallorca -como en el resto de Baleares, Cataluña y Valencia- los panellets, contundente dulce tradicional del día de todos los santos a base de patata, almendras, huevo y azúcar.
Esperamos haberte abierto el apetito con este auténtico desfile de manjares de la repostería tradicional de Mallorca. Como has podido comprobar, la tradición del dulce isleño va mucho más allá de la ensaimada.